Sumamente curiosa y funcional resulta esta creación del maestro artesano Hal Taylor, a quien le encanta leer a sus críos, pero cuando su tercer hijo, una bebita llamada Rose, nació, se encontró con un problema: los tres no cabían en su regazo cuando trató de sentarse con todos en su mecedora.
La ingeniosidad de este padre es digna de ver, creó una mecedora perfecta para disfrutar al mismo tiempo la presencia de sus tres peques, a quienes les va narrando atractivas historietas.
Taylor llama a su obra maestra La mecedora de Cuentos, hecha a mano y en su página web explica la exquisita artesanía que justifica el coste de la referida silla.