Generalmente se piensa que los tonos pastel son muy infantiles y que no son adecuados salvo para las habitaciones de los niños. Pero hoy os quiero demostrar cómo las tendencias están cambiando, y cómo podemos utilizar tonos pastel en todo nuestro hogar y disfrutar de sus beneficios, que también los tienen.
Los colores pastel permiten armonizar con facilidad. Estos tonos son capaces de ofrecernos ambientes llenos de serenidad y de calidez, creando una atmósfera muy agradable. Pero deben usarse con precaución. Y para ello os he preparado algunas nociones básicas y ciertas cosas a evitar.
Una de las claves del uso de los tonos pastel es saber combinarlos bien, usando la amplia paleta de colores que nos ofrecen estos colores. Por ejemplo, el color de rosa es un color que combina perfectamente con el blanco, el malva o el verde. El color verde a su vez combina muy bien con el beige y con tonos anaranjados. Además, nos ayudará a dar mayor sensación de amplitud.
Para que las tonalidades pastel queden realmente bien y destaquen de una forma elegante, acompañadlas con colores neutros de base. Aunque el color óptimo es el blanco. El blanco permite destacar incluso los tonos más suaves, matizándolos y dándoles luminosidad.
Combinad los tonos pastel con otros colores más intensos que destaquen y combinen armónicamente. Por ejemplo, en una estancia en la que predomine el azul pastel, quedarán ideales accesorios de la misma carta cromática, por ejemplo un azul intenso.
Esta combinación con tonos más intensos es la que le dará vida y alegría a la estancia. Y es necesario utilizarlos, porque de lo contrario la habitación quedará demasiado apagada. Parecerá que le falta “alma” a la decoración.