Dentista. Incluso ahora siendo mayores, seguro que oír esa profesión nos pone los pelos de gallina. Yo recuerdo de pequeñita tener un miedo atroz a ir al dentista y no había casi nada que pudiera consolarme. Pero al ver esta clínica japonesa he pensado que ahí hubiera ido encantada.
El arquitecto Naoki Terada seguro que también tenía muchísimo miedo cuando era pequeño a ir al dentista. Y para que los más pequeños no pasen el mismo miedo que pasaba él, ha creado esta estupenda clínica dental adaptada a ellos, con un montón de colorido, numerosas diversiones y un ambiente infantil lleno de distracciones para que los niños no se acuerden del miedo.
Esta sala está ambientada en un pequeño bosque en el que los animales acompañan a los más pequeños en esa situación un poco difícil para ellos. Los animales nos acompañan ya desde la misma puerta. ¡Me encanta! A mí personalmente me hubiera encantado que mi dentista de niña hubiera sido tan chulo como este. ¿Y a vosotros?