El cuarto de baño, al ser un espacio en el que nos arreglamos y en el que nos ocupamos tanto de nuestro cuerpo como de nuestra cabeza, debe inspirar descanso y bienestar. Da igual que seas adepto a baños largos y relajantes, o a duchas rápidas y dinamizantes; nuestro cuarto de baño debe trasmitir armonía.

Los colores que debemos elegir para nuestro cuarto de baño Feng Shui son, generalmente, tonos pasteles (rosas, verdes, azules) o neutros (nata, ocre, amarillo), pero debes saber que puedes jugar con contrastes de colores más oscuros en accesorios y pequeños detalles. Todo es posible mientras estos contrastes respondan a tus aspiraciones y mientras te sigas sintiendo bien en la estancia.

Al ser el lugar más húmedo de la casa, es importante que éste esté muy bien ventilado, con el fin de mantener una atmósfera sana e impedir que el Chi se estanque. Además de un sistema de ventilación eficaz, añadir plantas contribuirá a reducir la humedad de la estancia.

Debes estar pendiente de que la puerta del baño esté siempre cerrada, para que el mal Chi no se difunda al resto de la casa. Y también debes vigilar que la tapa del baño esté cerrada al tirar de la cadena, para no cazar al Chi.

Si tienes la suerte de tener una ventana en el lavabo, ábrela para que el cuarto se airee regularmente. Si no tenemos esa opción, crea la sensación de espacio colocando un espejo en la pared.

Además de la humedad, también es importante que no creemos otros obstáculos para el Chi, como el desorden, la suciedad, el exceso de objetos y/o de muebles. Por contra, usa materiales susceptibles de acelerar el flujo de Chi como espejos o azulejos. Lo esencial es alcanzar el equilibrio entre los diferentes materiales.

La luz también contribuirá a estimular la circulación del Chi. Es preferible puntos de luz independientes y regulables, que permitan variar la intensidad según las necesidades del momento. Las velas también son ideales para alcanzar un ambiente Feng Shui excelente.