La iluminación en la decoración de interiores es importantísima. Por desgracia no siempre contamos con la suficiente luz natural para iluminar nuestro hogar, pero hoy vamos a darte soluciones y trucos para aumentar la iluminación y la claridad en tu interior.
Lo primero que debemos tener presente (sobre todo si no contamos con suficiente luz natural) es la elección de los colores, tanto de las paredes como del suelo. Los colores claros favorecen el brillo, la claridad y la grandeza de los espacios. Así que debes optar por colores claros blancos, beiges, marrones suaves, etc.
Un truco es pintar la pared frente a la ventana con tonos claros para que toda la luz que entre se aproveche al máximo, reflejando su claridad al resto de la casa. ¿Quieres darle un poco de alegría a tus paredes? Pinta dos o tres paredes de colores claros y para contrastar pinta una pared de un color más vivo.
Los techos también debemos tenerlos en cuenta. Si éstos tienen un color oscuro nos darán una sensación de pequeñez en la habitación. Lo ideal es pintarlos de un color sólido, preferiblemente del mismo color que las paredes.
Pasemos ahora a la elección de los accesorios. Éstos tienen más influencia en el estilo de la decoración que en la claridad de la misma, ya que es a través de ellos que podremos darle vida al ambiente. Si los eligiéramos también en tonos claros la habitación quedaría demasiado pálida.
Así pues optemos por colores más vivos que trasmitan calidez. Rojos, naranjas, verdes, etc. Los colores puedes elegirlos a tu gusto, pero eso sí, no te olvides de la regla de los 3 colores: no uses más de 3 colores en tu decoración o ésta quedará muy recargada.
En cuanto a los materiales decántate por telas ligeras. En cortinas utiliza telas que dejen pasar la luz, claro está. Elige blancos o materiales incluso ligeramente brillantes. Un espejo también puede ser un complemento ideal. Éste hará que toda la luz que reciba la habitación se multiplique.
El truco consiste en instalar los espejos en las paredes situadas enfrente de las ventanas. Toda la luz natural saldrá disparada al resto de la habitación. Un último consejo sobre los accesorios: evita la acumulación. Demasiados objetos pueden incrementar la sensación de pequeñez y comerse la luminosidad.
Y terminamos con otra cosa esencial a la hora de darle luminosidad a una habitación: la elección de las fuentes de luz. Lo más importante es potenciar al máximo la luz natural. No ocultes la fuente de luz principal ni bloquees las ventanas. Es mejor un espacio minimalista que deje entrar toda la luz que una decoración bonita que tenga que iluminarse con luz artificial.
Hay partes de la casa que necesitan más luz natural que otras. Un salón o una cocina son espacios en los que se hace más vida, pero zonas como un área de televisión o incluso el baño no necesitan tanta.
Un pequeño truco para aumentar la sensación de luz durante el día es dejar encendida una pequeña lamparita. Ésta aportará un toque de luz extra y le dará calidez al ambiente. Según el tipo de bombillas que elijas también crearás un ambiente u otro. Los halógenos dan una luz mucho más intensa que las bombillas LED, que crean espacios más relajados.