Mi novio y yo pasamos semanas remodelando nuestra cocina. Después de incontables horas raspando pintura, lijando madera, imprimando y pintando puertas, y tiñendo armarios, finalmente llegamos a la última parte para completar nuestra cocina..... ¡instalando las piezas finales de ferretería! Fui inflexible en cuanto a que los tiradores de cocina fueran uniformes y perfectos. Mi cómplice me enseñó este gran y barato truco para asegurarse de que todas las manijas coincidieran, sin el uso de herramientas de fantasía, o la molestia de tener que medir cada puerta.