La mejora del aislamiento exterior fachadas de un edificio puede suponer un ahorro energético del 35% o más. Al disminuir el consumo de energía necesario para la calefacción y la refrigeración, también se reduce la huella de carbono. Los aumentos actuales en los precios de la energía vuelven a poner de relieve la vulnerabilidad a los altos costos y tarifas de importación de energía. En 2015, la Unión Europea (UE) importó el 53% de sus necesidades energéticas. La situación se ha degradado desde que la UE importó casi el 61 % de sus necesidades energéticas en 2019. En un compromiso para reducir la producción de CO2, en Sika nos hemos alineado con la UE al establecer objetivos ambiciosos para ser neutrales en carbono para 2050.