¿Quién no ha soñado alguna con tener un jardín lleno de vida en su terraza? Este deseo puede hacerse realidad aunque tu terraza sea pequeña. La única condición es respetar ciertas normas inherentes a las plantas.
La regla de oro para que el jardín crezca bien es ser consecuente con nuestra disponibilidad para cuidar las plantas. El estrés diario implica un modo de vida específico, con desplazamientos, fines de semana fuera, etc. Pasamos mucho tiempo fuera de casa. Pero el espacio que queremos crear en el balcón necesita de cierto tiempo y un mínimo de atenciones para poder crecer sano.
¿Qué plantas escojo? Lo aconsejable es seleccionar las plantas en función del espacio que dispongas, del espacio que quieras ocupar en tu balcón y del tiempo que tengas para dedicarle.
La orientación del balcón también es determinante. Si está situado hacia el norte o es un piso bajo, lo mejor es optar por vegetales adaptados a los entornos sombríos, como las plantas vivaces. Si el sol no es directo, las camelias y las hortensias son una buena elección. Si el balcón da hacia el sur, lo mejor es elegir plantas adaptadas al pleno sol, plantas de tipo mediterráneo.
Para el mantenimiento del jardín lo mejor es instalar un sistema de riego automático adaptado. Para un crecimiento óptimo, las plantas deberán recibir agua tres o cuatro veces por noche, entre las 21 horas y las 9 de la mañana, pero en muy pequeñas cantidades para no ahogar las raíces.
¿Se puede cultivar una huerta en mi propio balcón aunque esté en la ciudad? ¡Claro que sí! Es posible tener un pequeño huerto en medio de la ciudad, pero siempre dependiendo del espacio del que dispongas. Evidentemente no tendremos unas cantidades grandes de vegetales, pero sí es posible.
Para zonas con sombra lo mejor es cultivar hierbas aromáticas, tomates o incluso pimientos morrones. Para plantar lechugas, una luz indirecta bastará. En cambio, las berenjenas y otro tipo de verduras requieren de una luz directa y abundante.
Para crear un ambiente campestre lo mejor es elegir árboles de hojas pequeñas y mezclarlos con árboles de hoja caduca, que evolucionan a lo largo del año, y marcan el hilo de las temporadas. Las plantas vivaces, como la madreselva, son otra excelente opción ya que conservan su color verde.