Las puertas correderas son una elección por la que cada vez más gente se está decantando. Este tipo de puertas gana cada día más adeptos gracias a las múltiples ventajas que éstas le aportan al interior de nuestro hogar.
¿Y cuáles son esas ventajas? La primera de ellas es clara: una ganancia de espacio respecto a las puertas tradicionales. Pero es que además nos facilita la circulación en el día a día del domicilio, nos ayuda a darle un estilo más moderno a los hogares y nos da más libertad para diseñar nuestros interiores. Como vemos las ventajas son tanto funcionales como estéticas.
¿Qué conseguimos con ellas? Pues leyendo sus ventajas ya nos podemos hacer una idea de los beneficios que las puertas correderas le aportan a nuestros hogares: una casa mucho más cómoda para los usuarios, una nueva forma de decorar nuestros espacios, un toque elegante y muy personal, etc. Nos gusta esta nueva revisión a las tradicionales puertas.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir una puerta corredera? Son varios los aspectos a tener en cuenta y por los que debemos decantarnos: los materiales, el sistema de apertura, las guías, etc. Conozcamos a continuación todos estos puntos importantes de las puertas correderas.
El sistema de guías es un aspecto importante en el diseño de las puertas y, por tanto, en la estética de nuestro hogar. Existen varios tipos de guías y todos ellos tienen unas ventajas y unos inconvenientes.
Para los que no queráis que la puerta al recogerse sea un problema, existe una solución que es construir una doble pared en la que la puerta se esconda al deslizarse. Estéticamente ganamos vistosidad, pero el gasto en obra es mayor que en otras soluciones. En esta solución también está el problema de las averías, que en algunos casos pueden requerir perforar nuevamente la pared.
Un método mucho menos discreto es el de montar la puerta sobre una guía exterior que fijaríamos en la parte superior de la pared. Con esta solución ahorramos dinero, porque casi no hay que hacer obra para el montaje, pero se pierde estética.
Igualmente existen unas guías invisibles que están completamente empotradas en el techo, disimulándose su presencia. Esta instalación reúne ligeramente la vistosidad del modelo anterior, pero no es tan barata como en la opción de las guías externas.
Si hablamos de los materiales de las puertas correderas, los más frecuentes son la madera y el vidrio, aunque tampoco es raro encontrar puertas de aluminio (aunque éstas son sobre todo para exterior).
La madera es un material más barato pero menos vistoso que el cristal, claro está. Éste último es perfecto para ofrecernos modernidad y clase. Las puertas correderas de cristal quedan muy bien.
Estas últimas además podemos elegirlas según su opacidad, dependiendo de la estancia en la que vayamos a colocarla. Para espacios más íntimos buscaremos un cristal opaco o traslucido, mientras que para un ambiente abierto podemos optar por cristales transparentes que dejarán pasar la luz con libertad y aumentarán la sensación de amplitud.
Pues ahora ya conoces las características y las virtudes de las puertas correderas. Si quieres ganar espacio, ganar comodidad y darle un toque más contemporáneo a tu hogar, ya sabes por el tipo de puertas por las que te tienes que decantar.