Haber tenido cerca de 4000 proyectos entre sus manos, y tener de forma continua más de 2500 en producción es equivalente a decir que alguna vez y por alguno de nuestros sentidos han pasado algunas de las creaciones de Karim Rashid. Y a buen seguro que este encuentro que no nos dejó indiferentes.
El polifacético y multidisciplinar diseñador egipcio convertido en el nuevo “Gurú” del diseño actual se atreve con todo: ropa, espacios, mobiliario, libros, joyería, diseño gráfico, etc. Desde la marca tecnológica Sony hasta los Carnavales de Tenerife, una interminable lista de clientes han depositado el diseño de sus productos en la visión del genial y extravagante diseñador.
El color es el principal motor de su trabajo, aunque también tiene una marcada tendencia por el uso de las curvas como vehículo hacia la sinuosidad, por una suavidad y belleza en las formas, por una búsqueda constante de la evolución en el diseño, por una marcada inclinación por la tecnología en la producción de sus piezas, y sobre todo por su particular idea de un “diseño accesible” para todo el mundo.
Todas estas pautas han convertido a Rashid en el hombre del momento en el mundo del diseño. Y su trabajo es, probablemente, el más conocido y reconocido.
No me cabe duda que el talento de Karim Rashid va a llenar muchas páginas en ID. Hoy he querido empezar por mostraros su silla Oh!, convertida en superventas y galardonada en multitud de certámenes. Oh! se ha convertido en un “clásico” del diseño moderno en su apenas década de existencia.
La silla muestra de manera axiomática la filosofía de trabajo y vida de Rashid. Disponible y combinable en multitud de colores, la silla Oh! cobró una importantísima relevancia por algo obvio en un producto de su funcionalidad: la comodidad.
La silla se muestra ergonómicamente perfecta, además de ser perfectamente apilable y demostrarse fresca y elegante tanto en espacios de interior y exterior.
Las curvas del asiento realizado en polipropileno mediante un moderno proceso de inyección muestran el apoyo de los diseños de Rashid en el avance de la tecnología aplicada a los procesos de producción, plásticos y espumas, básicos en sus trabajos.
En definitiva, y por muchos motivos, una obra maestra del diseño de nuestro tiempo.
Rashid la diseñó para Umbra. Su éxito, sin embargo, ha permitido que se pueda encontrar casi en cualquier parte y a casi cualquier precio. ¿Qué mejor ejemplo de diseño democrático?