En una época en la que los pixeles se han convertido en algo natural para nosotros ya que nos hablan de ellos con los móviles, las cámaras de fotos o las tablets, llega una pared que basándose en ese concepto nos ofrece la posibilidad de tener cada día una pared diferente.
¿Cómo? Pues de una forma muy sencilla. El concepto se basa en que la pared se compone de multitud de triángulos con tres caras (lógicamente) y con tres colores, uno en cada cara: blanco, negro o con color. Girando y combinando los triángulos podemos obtener imágenes tan espectaculares como las que vemos en las imágenes que acompañan el artículo.
La idea es muy original y me parece de lo más apropiada para todas esas personas inconformistas a los que les gusta cambiar de decoración cada poco tiempo. Las miles de combinaciones que nos permite esa pared seguro que dejan satisfecho a cualquier inconformista.