A finales de la semana pasada os hablaba de la importancia de conocer las alternativas que nos ofrece la pintura en nuestra decoración, y os mostraba los dos grupos básicos de pintura que hay: la pintura al agua o acrílica y la pintura al aceite o esmalte.
Pues una vez vistos los tipos de pintura, hoy os voy a hablar de los diferentes acabados que pueden tener éstos. Podemos elegir entre tres tipos de acabado: satinado, mate o brillante.
El acabado mate es ideal para paredes y techos por su acabado sin brillo. Este acabado oculta mejor cualquier imperfección que pueda tener la pared y, por tanto, no necesitaremos preparar tanto las paredes que vayamos a pintar. Pero por el contrario, es una pintura que se lava con dificultad.
El acabado satinado es una buena elección cuando queremos imprimir algo de brillo a la superficie. La pintura de látex satinada es ideal para paredes, mientras que la pintura al aceite satinada es ideal para maderas y metales.
Este tipo de acabado disimula muy poco las irregularidades de la pared, por lo que tendremos que prepararlas bien.
El acabado brillante solo lo encontraremos en los esmaltes. Este acabado es ideal para maderas y metales. Sí se puede usar en paredes, pero no se hace en decoraciones del hogar ya que su acabado es muy poco decorativo.
Pero al ser un acabado mucho más resistente que los anteriores y mucho más lavable, sí que suele usarse en la pintura de lugares públicos, como colegios u hospitales.