Judson Beaumont es un diseñador que me tiene fascinada. Cuando ves sus diseños te das cuenta que en ellos hay una mirada diferente del arte. En sus objetos hay pasión, hay vida, sentimientos, etc. Hay una mirada muy diferente del mundo del diseño.
Su estilo lo refleja claramente una frase que el mismo acuña: “Lo importante no es saber si una idea es buena o mala, lo importante es simplemente intentar hacer algo diferente”. Y eso hace Beaumont: crea cosas diferentes jugando con las curvas y con los conceptos, y creando diseños transgresores que intentan no apartarse demasiado de la funcionalidad. Aunque conforme veas sus diseños te darás cuenta que éstos no son del todo “cómodos” para la decoración de un hogar.
En 1985 Beaumont creó el estudio Straightline Designs, un estudio lleno de magia, fantasía e imaginación que sigue la filosofía de su creador. Sus diseños son de lo más particular, ya lo ves. ¡Pero a mí personalmente me encantan!
Muchos de los diseños están inspirados en dibujos o creaciones de los hijos de los propios diseñadores. Eso seguro que te aclara mucho las cosas, ¿verdad? Ahora entiendes algunas formas, algún uso del color, etc. Pero el diseño es arte, amigos. Y el arte es algo personal. Además, esa forma tan personal de entender el arte y el diseño es la que le gusta al señor Beaumont.
Como habrás podido intuir al ver las imágenes de sus creaciones, el estudio Straightline Designs se aleja del diseño en masa. Todos sus diseños se crean por encargo, porque lo que se busca es calidad y diseño a medida. Me gusta una frase que dice el propio estudio: “La capacidad de nuestro taller de construcción es limitada, pero la capacidad de diseño de nuestros diseñadores no lo es”. Creo que la frase da en el clavo.
Judson y su estudio incorporan a sus diseños un cierto toque de singularidad, demostrándonos que todo es posible y que las ideas son ilimitadas. No existe el “No puedes hacer eso”. Con ellos, todo es posible.